El 21 de marzo se celebra el Día Mundial de las personas con Síndrome de Down. Se trata de una jornada donde las habituales reivindicaciones de igualdad y visibilidad se funden con un contexto de amenaza para la propia supervivencia. El número de personas Down está descendiendo paulatinamente. En algunos lugares con tasas de reducción del 90%. La Iglesia siempre ha tratado de poner en el centro a las personas Down y el Sínodo de la Sinodalidad se presenta como una oportunidad para buscar ese lugar preferente a quienes han sido orillados como meros espectadores.