En un mundo donde los cielos son un lienzo de estrellas brillantes, y los valles esconden secretos de antiguos reinos, existía un reino conocido como Eralind. Este reino estaba en equilibrio gracias a la poderosa magia que fluía de las Ecos, seres místicos capaces de comunicarse con el viento, las piedras y las estrellas. Eralind había prosperado durante siglos, gobernado por los sabios Círculos de los Ecos, quienes mantenían la paz entre los seres mágicos y los humanos.