Día 133 – Cuando el alma tiene sed 📖
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.”
(Salmo 42:1)
Hay momentos en que el alma siente un vacío profundo que nada terrenal puede llenar. Es sed de propósito, de consuelo, de presencia. Solo Dios puede saciar esa necesidad interior. No es debilidad, es hambre espiritual. Y esa sed, si nos lleva a Él, es bendita.