Fui contratado para construir una estructura colosal en el desierto, diseñada para encerrar una antigua pirámide recién descubierta. Al llegar, recibí una lista de reglas extrañas: prohibiciones específicas sobre acercarme demasiado, evitar sombras y reflejos, y no responder a voces. Con el tiempo, descubrí que la pirámide contenía entidades y un dios oscuro, y que nuestra construcción buscaba reforzar el sello que los mantenía cautivos. Al finalizar el proyecto, todos en el campamento desaparecieron, y la pirámide fue borrada del mapa. Hoy, solo yo sé que aquello que intentamos contener sigue esperando, listo para liberarse.