En este conmovedor episodio, Judy Alejandra comparte su historia de vida marcada por el abuso, la adicción, la explotación y el dolor profundo. Sin embargo, también nos cuenta cómo la escucha empática y el acompañamiento transformador de las Hermanas del Buen Pastor le dieron una nueva oportunidad para reconstruirse. Un testimonio poderoso sobre cómo la escucha puede ser el primer paso hacia la dignidad, la sanación y la esperanza.