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Bienvenidos a un nuevo episodio del pódcast 100 tenores de leyenda en el que descubriremos la voz luminosa de Francesco Albanese, tenor napolitano de timbre puro y fraseo impecable. Repasaremos su carrera en los grandes teatros italianos y escucharemos alguna de sus legendarias grabaciones junto a Maria Callas, donde la pasión y la claridad se encuentran en equilibrio perfecto.CLIP 1. O sole mio. Fragmento. Nacido en Nápoles en mil novecientos trece, Francesco Albanese perteneció a una generación de tenores que crecieron a la sombra de los grandes —como Gigli o Schipa—, pero que encontraron su propio camino a través de la elegancia, la claridad y el estilo. Debutó en su ciudad natal, en el Teatro San Carlo, una de las cunas de la ópera italiana. Allí, su timbre luminoso y su fraseo preciso llamaron la atención de directores y colegas. Muy pronto fue invitado a cantar en los principales escenarios del país: el Teatro alla Scala de Milán, el Teatro dell’Opera di Roma, el Teatro Comunale di Firenze, y más tarde en Lisboa, Londres, Buenos Aires y Río de Janeiro. Su repertorio era extenso, pero Albanese brillaba especialmente en los papeles líricos: el Duque de Rigoletto, Edgardo en Lucia di Lammermoor, Alfredo en La traviata, Elvino en La sonnambula. Todos ellos requerían agilidad, pureza de emisión y una línea de canto continua, sin asperezas: virtudes que definían su estilo.CLIP 2. Duo la boheme con Fineschi. Sin embargo, la historia de Albanese estaría incompleta sin mencionar su colaboración con Maria Callas.
Entre mil novecientos cincuenta y dos y mil novecientos cincuenta y tres participó en varias grabaciones históricas bajo la dirección de Tullio Serafin, con Callas en el centro de la escena. En I puritani de Bellini, Albanese interpreta a Arturo con una mezcla de juventud y nobleza. Su timbre claro y flexible se convierte en el contrapunto ideal para la intensidad volcánica de la Callas. En el dúo final, sus voces parecen dialogar entre la tierra y el cielo: él, ligero y brillante; ella, dramática y desgarrada. También coincidieron en Il trovatore y en La traviata, donde su sensibilidad se adapta con naturalidad al universo emocional de Callas.CLIP 3. Un di felice. Callas.Albanese era, ante todo, un cantante musical. No buscaba el efecto, sino la línea; no el aplauso, sino la coherencia. Su forma de cantar recordaba la escuela de Tito Schipa: control, buen gusto, economía del gesto. En una época en que muchos tenores competían en potencia, él optó por el refinamiento. Esa elección hizo que su nombre no alcanzara el brillo mediático de otros colegas, pero le ganó el respeto de críticos y directores. Serafin lo definió una vez como “un artista de pureza rara, que canta como respira”. Durante los años cincuenta continuó su carrera entre Italia y América Latina. En Buenos Aires, fue invitado al Teatro Colón, donde interpretó papeles de Verdi y Donizetti con gran éxito. En Lisboa, fue un habitual del Teatro Nacional de São Carlos, y en Brasil participó en giras junto a orquestas locales, difundiendo el repertorio italiano con elegancia y calidez. Ya en los años sesenta, retirado poco a poco de los escenarios, se dedicó a la enseñanza del canto, transmitiendo a nuevas generaciones la tradición del bel canto napolitano: la pureza de la emisión, el control del fiato, la claridad en la palabra. Francesco Albanese falleció en mil novecientos ochenta y cinco, discretamente, lejos del ruido del mundo operístico. Pero su legado permanece en las grabaciones que dejó: documentos que revelan una voz honesta, limpia, sin artificios. Una voz que parece provenir de otra época, cuando el canto era un arte de equilibrio y verdad.CLIP 4 Mattinata. Leoncavallo. fragmento. 
Así era Francesco Albanese: un tenor de leyenda, aunque su leyenda sea silenciosa, tejida más por la calidad que por la fama. Una voz que aún nos recuerda que el arte del canto no está en gritar más alto, sino en decir con belleza lo que otros solo sienten. Esto fue 100 tenores de leyenda, episodio trece: Francesco Albanese. Gracias por su atenta escucha. Nos encontramos pronto con otra voz inmortal.