Hoy en el episodio seis del podcast 100 tenores de leyenda. Francisco Araiza. De México al Mozarteum. Desde las coloridas calles de la Ciudad de México hasta los salones reverberantes del Mozarteum en Salzburgo, la voz de Francisco Araiza ha trazado un camino único, forjado con elegancia, disciplina y un talento vocal que conquistó los escenarios más exigentes del mundo.Tenor de técnica depurada y alma versátil, Araiza se convirtió en embajador natural del repertorio mozartiano. Su Belmonte en Die Entführung aus dem Serail marcó una época y lo consolidó como uno de los grandes intérpretes del siglo XX. Pero su legado va más allá de un nombre en cartel: es el puente entre la pasión latinoamericana y el rigor centroeuropeo; una prueba viva de que el arte no tiene fronteras.Hoy, en 100 tenores de leyenda, seguimos su travesía: de México al Mozarteum, de la ópera al mito.
Nacido en Ciudad de México el 4 de octubre de 1950, Francisco Araiza comienza, como muchas grandes trayectorias musicales, con una curiosidad temprana y un encuentro inesperado con la música coral. Fue en el coro de la Universidad Nacional Autónoma de México donde su voz empezó a llamar la atención, destacándose entre muchas por su timbre limpio y natural. Aquella experiencia universitaria no solo despertó su vocación, sino que lo llevó a estudiar formalmente con una figura emblemática del canto mexicano: la soprano Irma González, quien sería su mentora y guía en los primeros pasos del camino.