Dios y Yo Judas 1:22 "A algunos que dudan, convencedlos." Convencer al que duda es una tarea bastante difícil, que únicamente podemos llevar a cabo con la ayuda de Dios. En esta carta, el apóstol escribe a la iglesia y deja claras algunas exhortaciones, una de ellas es que deben estar conscientes de que viven en un mundo hostil para recibir el evangelio, por lo que les hace algunas recomendaciones. Esta en particular nos llama a trabajar para convencer a los que dudan. Pareciera que no es una tarea que se nos encomienda, pero la realidad es que sí. Nosotros queremos convencer a los que dudan para que también puedan experimentar el poder salvador que hemos experimentado. Por lo tanto, nuestra tarea con aquellas personas que dudan es poder convencerlas, pero no con palabras, sino con hechos, con un buen testimonio y con un estilo de vida que sea agradable a Dios. Estimado lector o escucha, quizás se pregunte: "¿Por qué razón debemos trabajar convenciendo a las personas?" Es una pregunta interesante y válida. Sin embargo, el apóstol nos da a entender cuál debe ser la actitud de un verdadero cristiano. Además de ser misericordiosos, como nos dice también el texto, nos insta a orar, a conservar nuestra fe y, dentro de estas recomendaciones, nos pide que convenzamos a los que dudan. Pareciera una petición particular, pero tiene mucho sentido. Al final, nuestra tarea es hablar de Cristo a las personas. Muchos podrán dudar de nosotros, pero nunca del poder de Dios operando en este mundo. Por ello, nuestra tarea es convencer a los que dudan, y como hemos dicho, no con palabras, sino con hechos, pues será más fácil lograrlo. Amado hermano y amigo, sin duda alguna, la petición que ahora nos hace la Palabra es un llamado para que quienes ya hemos creído en Cristo Jesús como nuestro Salvador tengamos un estilo de vida que no deje duda de que somos hijos de Dios. A los que aún no han creído en Cristo Jesús como su Salvador, les invitamos hoy a eliminar sus dudas y a creer en Él. Les puedo asegurar que, después de haber experimentado el poder de Dios, jamás volverán a dudar. Así que, todos los que conocemos a Cristo, tenemos una tarea marcada para realizar el resto de nuestra vida: convencer a los que dudan. Que Dios les bendiga, amados hermanos. Pastores Marroquín