Dios Y Yo S. Mateo 13:44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. Cuando hablamos del tesoro más grande, no estamos hablando de nada material, ni de valor contabilizado humanamente. Cuando hablamos del tesoro más grande, estamos hablando del Reino de Dios, y cuando hablamos del Reino de Dios, estamos hablando de esa relación que se restablece, entre el ser humano y su Creador. Qué interesante notar lo que esta parábola nos quiere referir, precisamente dice que el reino de los cielos, es semejante a un hombre que encuentra un tesoro, luego va y vende todo lo que tiene, para comprar el terreno donde se encuentra el tesoro. Se puede imaginar usted el riesgo que tomo este hombre, al vender todo lo que tenía, por ese tesoro que había encontrado. De esa manera nosotros debemos reconocer, que cuando decidimos incorporarnos al Reino de Dios, que él sea nuestro gobierno, tendremos que arriesgar todo. Nuestra vida estaría en las manos de Dios, y nuestro ser completo le pertenecería a él. El significado de vender todo lo que tenía, para comprar el tesoro que representa el Reino de los cielos, tiene un importante significado para nosotros. ¿Cuánto estamos dispuestos a dar, para estar en el reino de los cielos? En la oración modelo hay una aclaración de este mismo concepto, que nos dice; Venga a nosotros tu reino, y hágase tu voluntad. Se da cuenta que cuando nosotros decidimos entronar a Dios en nuestro corazón, nuestra voluntad queda relegada a la voluntad de Dios. De igual manera el texto hoy nos hace ver, la importancia o el valor que tiene pertenecer al reino de los cielos, y cuando hablamos del reino de los cielos, ya dijimos que es una comunión permanente con nuestro Dios, una sumisión a su autoridad, un reconocimiento al Rey de Reyes y Señor de Señores, un deseo de hacer la voluntad de Dios, en nuestras vidas, y no la nuestra, por eso cuando decimos que hemos encontrado este tesoro maravilloso, vale la pena arriesgarlo todo, para obtener este tesoro. Tenemos que reconocer que si nosotros no hacemos caer nuestra voluntad, a la voluntad de Dios, no podremos disfrutar del Reino de Dios en nuestros corazones. Estimado lector o escucha, pertenecer al Reino de Dios, no es solamente decirlo del diente al labio, pertenecer al reino de Dios, es un estilo de vida que se demuestra, ante la sociedad, nuestra conducta es ajena a la conducta del mundo, nuestro caminar es diferente al caminar del mundo, nuestro vivir es diferente al Vivir del mundo, y allí es a donde la gente notará que no somos del reino de este mundo, sino pertenecemos al Reino de Dios. No hay nada más maravilloso, que pertenecer al Reino de Dios, en un reino que no es el de Dios, como lo es este mundo. Usted lo notará porque está desertando del reino de las tinieblas, al Reino de Dios, y allí usted verá el riesgo que está corriendo, al pertenecer al Reino de Dios. Pero la recompensa es maravillosa. Así que hoy usted querido hermano o amigo, lector o escucha, empiece a disfrutar este tesoro maravilloso, que Cristo nos ha dejado en este mundo, y es la oportunidad de pertenecer al Reino de Dios, porque en esta vida, no hay tesoro más grande, que el Reino de Dios para nosotros. Así que disfrutemos este tesoro maravilloso. Que Dios les bendiga amados hermanos. Pastores Marroquín