Dios Y Yo S. Marcos 4:9. Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga. Escuchemos No Solo Oigamos Oír no es lo mismo que escuchar. Muchas veces Jesús dijo el que tiene oídos para oír que oiga, esta frase era muy popular en la cultura que Jesús la decía, dando a entender que debían poner especial atención, a lo que estaban escuchando. Porque escuchar no es lo mismo que oír. Cuando nosotros usamos también esta declaración, estamos diciendo que es necesario, que atendamos con lujo de detalles, lo que estamos escuchando, porque al escuchar correctamente, es cuando nosotros decidimos poner en práctica, lo que hemos escuchado. En el pasaje de hoy Jesús narra la parábola de El Sembrador, y Jesús explica los terrenos donde la semilla estaría cayendo. Pero toda parábola tiene siempre un significado más profundo, del que se está ilustrando, de hecho la definición de una parábola es; Que nos enseña con principios y valores terrenales y temporales, algo que tiene principios y valores eternos. Por ello Jesús hace referencia acá a esta frase, el que tiene oídos para oír que oiga, porque hay algo inmerso en ella, que quiere que nosotros podamos escuchar. Estimado lector o escucha, yo sé que para muchos entender la palabra de Dios, se torna un poco difícil, porque los principios y valores que ella nos enseña, tiene un significado muy diferente, a aquel que ya tiene a Cristo en su corazón, con aquel que no tiene a Cristo en su corazón. Por ello es importante que empecemos por el principio, si usted quiere atender, escuchar, oír la palabra de Dios, lo primero que tiene que hacer, es abrirle su corazón a Jesucristo, y así como la parábola del sembrador es enseñada acá, usted también pueda tomar en cuenta esta palabra bendita en su corazón, y darse cuenta lo maravilloso que es poder no solo oír, sino atender la palabra de Dios. Por ello hemos dicho acá que no solo oigamos, sino escuchemos, y esto haciendo referencia a que atendamos la palabra de Dios. Que la semilla que es sembrada en nuestros corazones, pueda germinar correctamente, porque no solo oimos, sino escuchamos, atentos a la palabra de Dios. Estimado lector o escucha, amigo y hermano, déjeme recordarle lo que Jesús hoy nos recuerda a todos; El que tiene oídos para oír, que oiga. Atendamos el mensaje de Cristo para nuestras vidas, atendamos el mensaje de salvación, para nosotros, atendamos el mensaje del Evangelio, que cambia vidas. El Sembrador salió a sembrar, esa siembra que en su corazón haya sido colocada, no sé en qué tiempo, pero que pueda germinar, y dar fruto. Pero si nosotros atendemos este maravilloso mensaje, por ello no es lo mismo oír que escuchar. Así que no solamente oigamos sino escuchemos la palabra de Dios. Que Dios les bendiga amados hermanos. Pastores Marroquín