Dios y Yo Ester 4:14 Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? Nuestra tarea en esta tierra es hablar de Cristo, no podemos quedarnos callados. En la historia del libro de Ester encontramos un pasaje que hoy vamos a estudiar. De hecho, cabe destacar que, cuando estudiamos el libro de Ester, encontramos algo muy particular: es el único libro de la Biblia en el que no se encuentra la palabra "Dios". Pero eso no quiere decir que Dios no se encuentre inmerso en cada letra de este libro. Cuando llegamos a la parte donde Ester tiene que ir y hablar con el rey sobre la liberación o la salvación de su pueblo, su tío Mardoqueo la confronta. Le dice que si pensaba quedarse callada o iba a hablar, y que si decidía callarse, de alguna otra parte vendría la liberación de su pueblo. Qué interesante es notar que aquí lo que resalta es que Ester tenía la posibilidad de quedarse callada o intervenir para la salvación del pueblo. Aunque al leer la historia sabemos que no se quedó callada, sino que fue e intervino por su pueblo. De igual manera, la consigna es la misma para nosotros: no podemos quedarnos callados. Nuestra responsabilidad es hablarles a todos los que nos conozcan, y conozcamos, de Cristo. No podemos quedarnos callados ante tal oportunidad de salvación que el ser humano tiene en Cristo Jesús. Nosotros no podemos quedarnos callados de anunciarle al mundo que Cristo Jesús es la única oportunidad que tienen en esta vida. No podemos quedarnos callados de presentar ese plan de salvación que Dios nos ha dado para ser salvos. No podemos quedarnos callados ante el destino final de condenación eterna que todo ser humano tiene si no reconoce a Jesucristo como su Salvador. No podemos quedarnos callados ante tal situación. Y si nosotros lo hacemos, Dios ocupará a alguien más para hacerlo. Como en el Nuevo Testamento encontramos esta frase dicha por el Maestro: "Si nosotros callamos, las piedras hablarán". Así que hoy la consigna y la tarea, para usted y para mí, es que no podemos quedarnos callados. ¡Que Dios les bendiga, amados hermanos! Pastores Marroquín