Dios y Yo S. Juan 15:4-5 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. La rama separada del árbol se muere; nosotros, separados de Cristo, también. Precisamente esto es lo que el texto al final nos quiere decir: separados de Cristo, nosotros también morimos. Esta metáfora que Jesús utiliza en este pasaje era bastante conocida en su tiempo. Había muchos campos con plantaciones de uva, y la comparación que él hacía era muy familiar para ellos. Jesús menciona algunos elementos clave: la vid, los pámpanos y el fruto. Esto era claro para sus oyentes en aquel entonces y también lo es para nosotros hoy. Como mencionábamos al principio, toda rama despegada de un árbol se seca y muere. De la misma manera, si nos apartamos de Cristo, morimos espiritualmente. Por eso, estimado lector o escucha, queremos enfatizar la necesidad de estar unidos a Cristo. Cuando hablamos de esto, nos referimos a una comunión permanente con Él, a una vida acorde a su voluntad, que nos confronte con la realidad de permanecer en una excelente comunión con Dios. La Palabra nos dice que separados de Él nada podemos hacer. La inutilidad del hombre llega cuando se separa de Dios. Podemos creer que logramos cosas por nuestras propias fuerzas, pero eso es mentira. La única utilidad que el ser humano puede tener es cuando permanece unido a Cristo. Solo así se verán los frutos que produce esa unidad con Él. Por eso, cuando aconsejamos en la Palabra que permanezcamos unidos a Cristo, es porque realmente, separados de Él, nada podemos hacer. Todo lo que creamos que podemos lograr sin Cristo es inútil, vano e infructuoso. Pero cuando permanecemos unidos a Él, aunque parezca que no avanzamos en la vida, en realidad estamos siendo útiles, fructíferos y aprovechando el tiempo en esta tierra. El consejo de hoy para todos los oyentes o lectores es: permanezcamos unidos a Cristo. Que Dios les bendiga, amados hermanos. Pastores Marroquín