Dios y Yo Filipenses 3:10-11 ...a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. Su Resurrección Asegura Nuestra Resurrección La resurrección de Jesús no solamente es algo que asombró a la raza humana, sino que también nos da la seguridad de nuestra resurrección. El apóstol Pablo sabía bien, cuando escribía este pasaje, que la resurrección de Jesús le daba a él la oportunidad de también resucitar. Qué maravilloso es poder tener la esperanza, aun después de la muerte, sabiendo que Jesús venció a la muerte y resucitó al tercer día. Nosotros también, después de esta vida, tenemos la esperanza maravillosa de la resurrección de nuestros cuerpos para vida eterna con Cristo Jesús. Qué bonito es recordar este hermoso fundamento del cristianismo. Con toda certeza, aquellos hombres que ofrendaron sus vidas y padecieron la muerte de forma martirizada sabían que, cuando estaban entregando sus vidas, solo estaban entregando parte de su historia, porque la historia no terminaba allí, con la muerte. Ellos sabían que habían creído en un Cristo resucitado, y por lo tanto resucitarían también. Con toda seguridad ponían sus vidas por la causa de Cristo. Estimado lector o escucha, no sé cuántos de ustedes han tenido que sufrir por la causa de Cristo, no sé cuántos han llegado al punto de pensar que la muerte no es el fin de nuestra historia. Es un capítulo de nuestra historia, porque la historia del verdadero cristiano no termina con la muerte; la historia del verdadero cristiano tiene un final feliz en Cristo, porque resucitaremos para vida eterna con él. Pero en el trayecto de este caminar en esta tierra, reconociendo a Jesucristo como nuestro Salvador, tendremos padecimientos. Quizás no iguales a los que pasó Jesús, pero tendremos que estar dispuestos a sufrir por la causa de Cristo, con la esperanza puesta en que nosotros, un día, también al igual que Cristo, vamos a resucitar. Estimado lector o escucha, no sé si usted ha meditado sobre esto en su vida, porque a la mayoría de nosotros los seres humanos nos da temor y terror la muerte. Pero cuando nuestra mirada está puesta en Jesucristo, el que venció la muerte y resucitó, nuestra visión de la vida cambia totalmente, porque sabemos que nuestra esperanza no es igual a la de aquellos que no tienen a Cristo en su corazón. Nuestra esperanza está en el Cristo resucitado. No solamente en el Cristo que colgó de una cruz para salvar nuestros pecados, sino en aquel Cristo que, al tercer día, resucitó de la tumba fría y nos da la esperanza maravillosa de que también un día nosotros resucitaremos como él. Porque su resurrección es nuestra resurrección. Que Dios les bendiga, amados hermanos. Pastores Marroquín
