Dios y Yo 1 Corintios 10:31. Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. Que nuestra vida gire en torno a querer siempre agradar a Dios. Cuando nos enfocamos con esta mentalidad, nuestro conducir será con mucho tacto para no ofender a Dios en nada. Al contrario, procuraremos hacerlo todo para agradarlo. El contexto de este pasaje habla sobre comida y sobre días que ritualmente se guardaban en ese entonces. Algunos opinaban que no debían comer o guardar tal día porque creían que era desagradar a Dios. Luego, el apóstol Pablo hace esta tremenda declaración: todo lo que hagamos debe llevar como propósito agradar a Dios. Si lo que usted hace es para agradar a los hombres o para satisfacer una necesidad propia, desde allí su actividad está mal enfocada. Porque todo lo que hagamos, digamos, comamos o bebamos, tiene que estar diseñado para agradar a Dios. Esta debería ser la máxima de todo cristiano. Todos debemos proponernos que todo lo que hagamos tenga como meta y propósito agradar a Dios. Mejor dicho, cada vez que tengamos duda, debemos preguntarnos: ¿esto agrada a Dios o lo desagrada? Poder preguntarnos si nuestro actuar está agradando a Dios es clave. Si la respuesta es positiva, debemos seguir con esa actitud. Estimado lector o escucha, no sé cuántas veces se ha dado cuenta de que lo que hace no agrada a Dios, pero aun así lo sigue haciendo. Esta es una actitud de rebeldía y pecado, que al final desagrada a Dios. Por ello es necesario detenernos, meditar y analizar cada área de nuestra vida que no está agradando a Dios. Debemos preguntarnos si lo que nos ocupa realmente lo agrada. Hoy es un excelente día para ocupar nuestra vida en agradar al Dios nuestro. Que Dios les bendiga, amados hermanos. Pastores Marroquín
