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13 octubre Romanos 1, 1-7: “Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos la aceptación de la fe” Salmo 97: “Cantemos al Señor un canto nuevo” San Lucas 11, 29-32: “A la gente de este tiempo no se le dará otra señal que la del profeta Jonás”
✝️EVANGELIO DIARIO
📖Evangelio de San Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».
Palabra del Señor.GLORIA A TI SEÑOR JESUS Iniciamos esta semana la preparación para el Domingo Mundial de las Misiones y recordando cómo el Papa Francisco nos insistía tanto en el verdadero sentido de la misión, lo debemos tener muy en cuenta. San Pablo, con su celo y entusiasmo, con su valentía y compromiso, es un verdadero ejemplo para nosotros si queremos ser misioneros. La carta a los Romanos, que este día hemos iniciado, nos presenta varias pautas a seguir como verdaderos discípulos. Lo primero que me llama la atención es el título que él mismo se da: “Siervo de Cristo Jesús”. Algunos buscamos títulos para obtener prestigio o ganancia, Pablo se presenta como “siervo” y busca estar en sintonía con Jesús que es gran servidor. Y continúa Pablo: “He sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio”. Es imposible separar la persona de Pablo y su misión. Su conciencia de ser misionero alimenta su poderosa e incesante actividad. No puede permanecer quieto e indiferente ante un mundo que no conoce a Jesús. Se reconoce con una vocación especial y como un privilegio el tener esta misión de parte de Dios. Pero también reconoce que ha encontrado a Jesús y que ha sido llamado por él. Es la base de toda misión: un encuentro muy íntimo con Jesús, si no, no se entiende la misión. La misión no consiste en conquistar o en obligar a que otros a que crean en Jesús, no es proselitismo. Consiste en contagiar del mismo amor que nosotros tenemos. Al terminar el breve pasaje que nos ofrece este día la carta a los Romanos, encontramos una frase que nos dice claramente el objetivo de la misión: “A ustedes a quienes Dios ama y ha llamado a la santidad, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo el Señor”. Este es el proyecto misionero: dar a conocer a todos los hombres que Dios los ama, un amor que supera nuestros límites y nuestras ambiciones. Toda la espiritualidad cristiana se centra en este plan de salvación de Dios y nosotros debemos entrar activamente en este proyecto. Que esta semana con nuestras acciones, nuestros ejemplos, nuestra oración, manifestemos a todos que Dios los ama. Será nuestro trabajo misionero.