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Yeiber Roman

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Orden de trasladoOrden de trasladoXII (Miyó Vestrini, en versión de Yéiber Román)A Luis Camilo Me levanto no me levanto me detestan me ligo atropello a un motociclista con alevosía y premeditación me entrego al complejo de edipo deambulo estudio con sumo cuidado las diferencias entre dirritmia- psicosis-esquizofrenia-neurosis-depresión-síndrome-pánico- y me arrecho quedo sola en la casa cuando todos duermen compro una revista que cuesta seis dólares le roban la cartera a mi mejor amiga me agarran amo a mi amigo lo empujo lo asesino recuerdo el paragu...2021-09-2303 minPoesía a domicilioPoesía a domicilioAudio de prueba_Poesía a domicilioAudio de prueba_Poesía a domicilio Audio de prueba_Poesía a domicilio Audio de prueba_Poesía a domicilio Audio de prueba_Poesía a domicilio Audio de prueba_Poesía a domicilio Audio de prueba_Poesía a domicilio Audio de prueba_Poesía a domicilio Audio de prueba_Poesía a domicilio Audio de prueba_Poesía a domicilio Audio de prueba_Poesía a domicilio Audio de prueba_Poesía a domicilio Audio de prueba_Poesía a domicilio2021-01-1300 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio20. «Ellos insisten en que estás vivo...», de Sara UribeEllos insisten en que estás vivo porque los enceguece el miedo. Ellos repiten y repiten que vas aparecer cualquier día de éstos pero cuando callan los rasga el miedo. Ellos se atreven a argumentar que lo más probable es que te hayas ido con otra mujer pero los desmiente su propio miedo. Reprueban que busque tu cadáver y es miedo. Ellos no quieren fotografías ni que sus nombres se publiquen y yo los entiendo porque tienen miedo. Y yo no los entiendo porque necesito saber dónde estás. Ellos dicen que sin cuerpo no hay deli...2020-07-0500 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio19. «Utilidad del luto», de Andrea CrespoQué útil será el luto cuando se vuelva perenne La Vida Bohème cuando nos ahorremos separar las prendas la angustia de la úlcera el permiso para adentrarnos en el silencio cuando nos decidamos por un renacuajo que se parezca a nosotros (pero sin haber perdido nada todavía) cuando admitamos la morbosidad de vernos huérfanos cómo se escuchará ese lamento de MADRE quizás tenga hipos de memoria o se le olvide hablar qué fecundos los niños soldados no pueden decir turpial ni bandera de piojos ni qué de pinga estas violencias en las que no sabemos recon...2020-06-2700 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio18. «Los daños colaterales», de Harry AlmelaBuenas tardes. Buenas tardes, señoras y señores pasajeros. Sé que esto es molesto y aburrido, e incluso sabemos que en el Metro estas cosas no se permiten. Pero son escasas mis alternativas. No soy un delincuente aunque mis harapos confiesen lo contrario. He venido desde mi pago hasta esta ciudad de hachas y cuchillos en el aire, a entregarles lo único que ya puedo ofrecer. Soy sobreviviente de la última guerra y aún conservo en mi cuerpo los fragmentos de misiles que me abatieron desde el cielo. Por respeto a sus incendios cotidianos no les haré mirar mi tier...2020-06-0500 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio17. «A las órdenes del viento», de Raquel LanserosPara todos los que sienten que no están al mando Me habría gustado ser discípula de Ícaro. Hubiera sido hermoso festejar las bodas de Calixto y Melibea. Me habría gustado ser un hitita ante la reina Nefertari el joven Werther en Río de Janeiro la deslumbrante dama sevillana por la que Don José rechazó a Carmen. Yo quisiera haber sido el huerto del poeta con su verde árbol y su pozo blanco el inspector fiscal con el que conversara Maiakovski. Me habría gustado amarte. Te lo juro. Sólo que muchas veces la voluntad no basta.2020-05-2200 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio16. «Los rotos (con Anne Sexton)», de Ben ClarkTodas las divisiones son mentira salvo la que divide los cuerpos en dos grupos incomprensibles entre sí. Aquellos que se han roto y los que no. Los rotos no pedimos demasiado: que se nos quiera, sí, que los que no han vivido la fractura tengan paciencia si mascullamos viendo las noticias o hacemos el amor con un poco de miedo. Entenderás, entonces, ciertas cosas. Por qué en casa las tazas no se tiran y por qué a veces quiero estar solo después de que suene un portazo. Los ritos de los rotos, amor mío. Ademanes que espero que no...2020-05-1200 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio15. «Anatema», de Raymond CarverLa familia entera sufría. Mi mujer, yo mismo, los dos niños, y la perra cuyos cachorros nacieron muertos. Nuestros asuntos, como siempre, iban mal. A mi mujer la dejó su amante, el profesor de música manco que era su único contacto con el mundo exterior. Mi propia novia dijo que no podía aguantar más, y volvió con su marido. El agua estaba cortada. Todo aquel verano la casa se cocía. Los ciruelos se habían secado. Nuestro arriate de flores estaba pisoteado. Al coche se le estropearon los frenos, y la batería fallaba. Los vecinos...2020-05-1100 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio14. «Un pico extraordinario», de Valeria ListEl señor aseguró con un mecate los tubos oxidados de la batea. Mientras subimos el cerro en la pickup, se va revelando el volcán. La nieve se le está cayendo a trozos. Lo derretido deja huecos en los costados y se ve moteado el contorno. Vamos con la esperanza de tocar un último pomo de nieve. Las puntas de los dedos se sienten como si un ave de carroña picoteara cada una al mismo tiempo. La conversación se va acabando porque todas quieren taparse la boca. Hace tanto aire que las cejas empiezan a fruncirse los cuerpos...2020-05-0900 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio13. «Av. Francisco Solano», de Abigail LedezmaTuviste miedo de pasear con el vidrio bajo. Tienes miedo de ver tanta basura. Tendrás miedo de contar las ojeras en los pasillos. Escuchaste tu música en inglés, y piensas sobre la sirena que altera tu simulacro de calma. Voltearás y verás otra cicatriz, no de los descosidos bordes de esta tela ahuecada que llevamos puesta como ciudad sino de esta gente ajena que no quieres ver. Huiste, otra vez, a tu burbuja portátil de música grunge.2020-05-0200 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio12. «Zanahoria rallada», de Miyó VestriniEl primer suicidio es único. Siempre te preguntan si fue un accidente o un firme propósito de morir. Te pasan un tubo por la nariz, con fuerza, para que duela y aprendas a no perturbar al prójimo. Cuando comienzas a explicar que la-muerte-en realidad-te-parecía-la-única-salida o que lo haces para-joder-a-tu-marido-y-a-tu-familia, ya te han dado la espalda y están mirando el tubo transparente por el que desfila tu última cena. Apuestan si son fideos o arroz chino. El médico de guardia se muestra intransigente: es zanahoria rallada. Asco, dice la enfermera bembona. Me despacharon furiosos, porque ninguno...2020-05-0100 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio11. «Canto a la muerte de Mario», Ricardo Sarco LiraAnsío espero desde hace mucho ya una llamada que me diga que mi Mario se murió «Lo encontraron… … es una pena… … tan joven… … puede identificarlo?» Pero no llega Hay algo en el cruel destino que me roba de ello De con júbilo ver el pesar en mi rostro de encontrar las miradas hondas en la mesa de la abuela y de alegres exclamar lo tristes que nos sentimos ya que Mario no está Por eso pido que suceda (yo le ayudo) pero distinto al tato de Gaby Mario no pide manteca ni da indicio alguno de querer morirse de una puta vez ...2020-04-2900 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio10. «Planes de futuro», de Rosa BerbelTenemos cuarenta años y un trabajo que odiamos que nos hace pagar las facturas, llegar a fin de mes, tener eso que llaman dignidad y que se siente igual que la tristeza. Tenemos un trabajo y un piso en la playa, pero ante el mar soñamos un milagro: nuestra ropa en la arena como entonces y quedarnos así a la intemperie, uno enfrente del otro, con toda la extrañeza de los cuerpos desnudos, con esta luz precaria, con un amor que existe y no nos basta. Tenemos cuarenta años y dos hijos que corren, que gritan y que...2020-04-2800 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio9. «Nueve», de Gabriela RosasLos blandos se queman por dentro muerden sus labios viven de emociones de noche sueñan que otros blandos existen los más experimentados se disfrazan siempre pero su máscara no los habita un blando sin su máscara es una cena perfecta los blandos llevan los labios húmedos cuerpos incendiarios besos que suman a la vida años en cada recuerdo los blandos se castigan ellos mismos para evitar que el resto duela son más ridículos con la ropa puesta ellos saben que la ropa es ridícula y todo el mundo sabe que algo les duele...2020-04-2700 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio8. «Sé del mar reventando contra un muro», de Cristina Gutiérrez LealSé del mar reventando contra un muro cómo me asusta cuando levanta demasiado su oleaje cuando enfría sus aguas y es imposible. Sé de gente buena acodada en puentes contemplo sus miradas cristalinas y la mía se envidria me siguen enfermando mis ojos litorales mis costas. He visto desde un balcón un río que divide tres países abrí ya muchas veces mi puerta para saludar desconocidos ya estiré una nueva lengua ya me senté lo más al norte posible ya estuve en la última calle de un país ya fui todo lo insular que pu...2020-04-2600 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio7. «Gangrena», de Rubén Darío CarreroParece un domingo, todo está cerrado y conversamos para escuchar que estamos vivos. Las conversaciones sobre Dios, sobre el yogurt con aceitunas y los dolores en la espalda encerrados en la casa. María Fernanda me mira y sonríe con sus labios incurables por la diabetes y el miedo a las manchas en las piernas. Olvidamos a Dios y la parcialidad de sus ojos la primera vez que conversamos sobre la gangrena. «La insulina llegó ayer de Colombia». Así volvimos al lenguaje. La frase palabrea como el sonido de una sílaba y la pierna hormiguea como la mordida de un le...2020-04-2400 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio6. «VI», de Rodrigo García MarinaNota de autor: leer este poema en presente simple del indicativo ahora es tan doloroso que espanta mi abuela toma flores y recetas de homeopatía que probablemente le curen la demencia senil le devuelvan la vida, hace una dieta estricta, su homeópata –debe ser un artista– se ha montado un gran negocio como un liquen adherido a sus escamas: vive de ella mi abuela vive de hacer que recuerda es mi persona favorita a veces sin quererlo mientras leo a Herta Müller mascullo su nombre.2020-04-2300 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio5. «Ars poética», de Rafael CadenasQue cada palabra lleve lo que dice. Que se a como el temblor que la sostiene. Que se mantenga como un latido. No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa ni añadir brillos a lo que es. Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir la verdad. Seamos reales. Quiero exactitudes aterradoras. Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mis palabras. Me poseen tanto como yo a ellas. Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira, señálame la impostura, restrégame la estafa. Te lo agradeceré, en serio...2020-04-2300 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio4. «La fiesta», de Arturo Gutiérrez PlazaLa fiesta se apagó temprano. Fui por hielo y al volver todos habían desaparecido. Los vasos a medio tomar apenas estaban fríos. La música sonaba distante. Nunca supe dónde, pero sonaba. La podía escuchar junto a las voces de mis amigos. ¿Pedro, qué te hiciste? Un cartel al fondo prohibía las despedidas. El hielo se hizo agua y nadie llegó. Yo sabía que estaban escondidos. ¿Eduardo, dónde te has metido? De niños correteábamos sin que nos vieran y, por ser tímidos, en las fiestas nos resguardábamos del bullicio. ¿Qué hubo cambiado ...2020-04-2200 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio3. «La ética y la muerte», de Sharon OldsNo es algo malo su muerte. Ni bueno, ni malo. Queda fuera del mundo moral. Cuando las enfermeras vacían la bolsa del catéter y vierten el fluido ámbar y pálido en una taza para medir, no hacen algo bueno ni malo: es sólo su cuerpo. Incluso cuando el dolor crispa su rostro, su boca cuando hace un chasquido, su quijada al contraerse, no son malos, no hay alguien haciéndoselo, no hay culpa, ni vergüenza: sólo placer o dolor. Es el mismo reino del sexo, de los impulsos nerviosos, un reino sin iglesia, en él lo besa...2020-04-2100 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio2. «Me perseguían en las sombras», de Francisco Pérez PerdomoCon sus caras de perro y sus brazos de serpientes me perseguían en las sombras. Allí ululaban como un viento maligno. Un ruido aciago con furor penetraba en mis oídos y atrozmente me torturaba. Se enardecían mis terrores atávicos. La cabeza me empezaba a dar vueltas perdida en el espacio, giraba sin control aturdida por aquellas bestias de tinieblas. Dentro de mí me confinaban en una tierra desolada.2020-04-2000 minPoesía a domicilioPoesía a domicilio1. «Adiós», de Arturo Gutiérrez PlazaCuando dices «adiós» no escucho una palabra, veo un muñón macerado largamente, hasta humillar en cartílagos los huesos. Siento un dolor escondido y perdido en el aire como el de un brazo o una pierna que de pronto ya no está, pero insiste en su cosquilleo. No, no escucho una palabra ni me hallo en un lugar gentil, dispuesto para aliviar tronchaduras. Me arrastro hacia el descampado. Cuando dices «adiós», una abrupta amargura toma mi garganta y me impide gritar mientras me veo en las pupilas de los ahogados. Entonces, solo entonces, como si un pelotón acorazado...2020-04-1901 min